Visitar Toledo en estas sus fiestas más populares, supone asistir a una de sus procesiones más típicas como hondamente religiosas, en las que la capital se transforma y donde huele a tomillo, cantueso, azahar, romero y pétalos de rosas de todos los colores. Recorre con la Custodia sus calles, disfruta de su fiesta, habla con los toledanos, saluda a tus compañeros de visita, los turistas.
Las calles se engalanan para celebrar el día más grande del calendario de la ciudad, en el que la Custodia de Enrique de Arfe, bella e impresionante, recorre esta bella ciudad, su laberíntico casco histórico, espléndido escenario, la Catedral adornada con enormes tapices flamencos del siglo XVII. Bailarás al son que marcan los músicos que acompañan a la Tarasca y a los Gigantones, y te estremecerás al lanzamiento de bombas reales y cohetes multicolores.
Párate un rato, cuando la procesión pase por la calle Alfileritos o en la popular Plaza de Zocodover. Al mediodía reposta en cualquiera de sus cientos de tascas, bares y restaurantes. Pasa, si obtienes su permiso, a algunos de los patios o mansiones señoriales de la ciudad, te acogerán y te invitarán, ya lo verás. Nunca te olvidarás de haber disfrutado, si has tenido la fortuna de estar en Toledo en uno o varios de los días de sus fiestas más singulares.
Consultar disponibilidad y tarifas cuando se celebre el Corpus Christi.