Te proponemos descubrir, admirar, disfrutar y no olvidar aquellos lugares, en los que el arte, la historia y las tradiciones han hecho grande e importante a la ciudad alcarreña. Por eso, esta ruta hay que recorrerla con un espíritu abierto y una actitud positiva, pues sus monumentos escogidos, tanto religiosos como civiles rayan a una altura artística e histórica sin precedentes. Espacios naturales, parques, palacios, museos, puentes y un sinfín de preciosos rincones te esperan en Guadalajara.
Palacio del Infantado
El Palacio de los Duques del Infantado es de estilo gótico isabelino con elementos renacentistas. Fue mandado construir por Íñigo López de Mendoza y Luna, segundo duque del Infantado, a finales del siglo XV, bajo la dirección de Juan Guas. Durante muchos años, el Palacio ha sido sede de la Biblioteca Provincial. Actualmente alberga el Archivo Histórico Provincial y el Museo Provincial. Su categoría artística y su excelente estado de conservación, le hacen ser un serio candidato a ser reconocido como Patrimonio Mundial.
Este templo mudéjar es una de las sedes episcopales de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara. Fue construida durante el siglo XIV sobre una Mezquita del XIII. Tiene tres naves que enlazan a tres pórticos. El campanario está cubierto de ladrillo y cuenta con ocho campanas. En el interior destaca el Retablo Mayor, obra de Francisco Mir, en estilo renacentista manierista.
Es una torre de la antigua muralla de la ciudad de Guadalajara, parte de la que fue la Puerta del Postigo. Este torreón está perfectamente conservado. Está situado sobre el barranco del Alamín y detrás de la Con-catedral de Santa María. La torre y el puente constituyen un conjunto de especial interés. El Alamín es el barrio extramuros, que desde época medieval se asienta al otro lado del barranco del mismo nombre.
La iglesia del Convento de San Francisco, destruida y reconstruida varias veces, conserva un tesoro de un gran valor arquitectónico; bajo su ábside, de estilo gótico, se oculta el panteón de la familia Mendoza. Esta maravillosa obra patrimonial está abierta al público. Fundado como Convento, también se usó como fuerte militar. En los bajos de la iglesia conventual se encuentra la Cripta de los Duques del Infantado.
Se levantó sobre el antiguo edificio mudéjar de Santo Tomé, del siglo XII, del que todavía se conserva su ábside con tres ventanas. Es una mezcla de estilos entre mudéjar y construcción neogótica. Su puerta exterior es de arco apuntado. Tiene una bella Capilla en el interior, llamada de la Ascensión. En ella se encuentra la Patrona de la Ciudad.
Fue edificado en el siglo XVI. Su patio es de estilo renacentista alcarreño, y la portada representa un torneo entre dos caballeros, que son símbolos de la nobleza y del sentido del honor de la familia fundadora. En esta Palacio se ubica la Biblioteca Pública Provincial y está en pleno casco histórico de la ciudad.