La ciudad gallega posee una belleza especial, con sus empedradas calles, recónditas plazuelas, muchas de ellas porticadas, gentes que van y que vienen por aquí y por allá. Con este tono alegre, sutil y encantador, que caracteriza a los pontevedreses, será un placer para tus sentidos recorrer el centro histórico de Pontevedra, perfectamente conservado. El casco antiguo pontevedrés tiene un encanto especial y sus monumentos te cautivarán.
Edificio de la Diputación
En pleno casco antiguo se extiende La Alameda, que es un largo paseo, y en frente del mismo existen grandiosas construcciones civiles, como la de la Diputación Provincial, con una hermosa fachada del siglo XIX, que contrasta con las ruinas medievales del Convento de Santo Domingo, conjunto declarado Monumento Nacional.
Se alza en su casco antiguo y es un precioso edificio, que se construyó en el siglo XIX y posee una magnífica fachada principal, en la que destacan sus cuatro pares de columnas, una preciosa balconada, los impresionantes frontones de las puertas y su reloj consistorial.
Es una de las plazas más populares de Pontevedra, visitada y admirada por sus ciudadanos y turistas, que en masa acuden a disfrutarla, Sus soportales, llenos de cafeterías y locales comerciales invitan a refugiarse en ellos y disfrutar de las bellas vistas. En ella figuran muchos de los más destacados edificios de la ciudad, como por ejemplo, la Iglesia Convento de San Francisco, de los siglos XIV y XV o la casa renacentista conocida como «Casa de los Curas», además de sus cuidados jardines de San Pedro, donde se encuentra una emblemática fuente del siglo XVI.
En esta plaza se celebraba todas las mañanas el mercadillo de verduras, castañas y frutas. En el siglo XIX se instaló en esta plaza la fábrica de la luz, siendo pionera en España en contar con este servicio.
No es una plaza muy grande pero es una de las más bellas y concurridas de Pontevedra. Es un entorno típico gallego con casas de sillares de granito, soportales y galerías, muy popular y punto de encuentro para tapear, tomar vinos y comer.
Es una de las plazas más bonitas de Pontevedra, que se conocía antiguamente como Praza da Herba. Está rodeada de pazos urbanos muy importantes, como el Pazo de Mugartegui, bello ejemplo de arquitectura urbana del barroco, con un magnífico ejemplar de reloj de sol. Alberga también el consejo Regulador del Vino de Dominación de Origen Rías Bajas.
Pontevedra guarda como una joya su Museo, quizá el más importante de los que se encuentran en Galicia. La construcción de este privilegiado edificio resalta entre las ruinas de Santo Domingo y otros cuatro levantamientos, situados frente a la Plaza de la Leña. De entre sus fondos, destacan su muestrario de arte medieval, el de pinturas españolas y europeas de los siglos XVI al XVIII, así como una amplia y seleccionada colección de obras de artistas y del arte popular gallego.