Salamanca ofrece a los turistas un impresionante conjunto monumental y un crisol de itinerarios muy representativos del catolicismo. Además de sus dos imponentes catedrales, la ciudad está rodeada de templos e iglesias que atesoran una singular belleza y son joyas del patrimonio histórico y cultural de Salamanca.
Por eso os ofrecemos esta ruta tan interesante de la que quedarás gratamente impresionado.
Iglesia de San Marcos
Suplemento de 1 idioma: 20 euros sobre precio total
Suplemento de 2 idiomas: 30 euros sobre precio total
Construida junto a la muralla nueva de la ciudad, en 1178, al lado de la Puerta de Zamora, en el barrio de los castellanos. Es de estilo románico de finales del XI y principios del XII. Es una iglesia muy peculiar. En el interior cuenta con tres ábsides y destacan unas pinturas que no se redescubrieron hasta el siglo XX. Ha sido la sede de la Real Clerecía de San Marcos.
Su fundación se relaciona con los caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén, en 1139. En ella destaca la cornisa de la cabecera sustentada por canes ornamentados con rostros, cabezas de animales y una bella escena musical. La iglesia sufrió una reforma en 1506 por Maldonado y Acevedo, cuyo panteón está en el interior, encontrándose los blasones de sus apellidos en la fachada y en los contrafuertes.
La parroquia de San Benito se construyó hacia 1104 en la antigua iglesia románica, bajo territorio de los repobladores gallegos. Es una iglesia vinculada a la nobleza salmantina que fue cabecera de uno de los bandos más importantes de la ciudad: los benedictinos. Lo más sorprendente de esta iglesia es su interior, con tres ábsides y tres naves, como si fuera una edificación basilical.
Está situada junto a la puerta de Sancti Spiritus de la nueva muralla. Se edificó por los caballeros de la Orden del Hospital de Jerusalén en 1145. De esta época conserva su ábside central, el exterior en el que sobresalen los canecillos, y en el interior la decoración vegetal que hay en el crucero de la iglesia. Tiene una cornisa ajedrezada y modillones, figurados como águilas bicéfalas y hombres que portan un tonel. En ella se conserva un relieve del Entierro de Cristo, del siglo XVII, obra de Pedro Hernández.
Está situada en el antiguo barrio de los portugaleses y está dedicada al arzobispo de Canterbury, Santo Tomás Becket. Un curioso capitel del arco triunfal representa el enfrentamiento de dos jinetes: un noble cristiano y un musulmán. Llaman mucho la atención los elementos decorativos de las ventanas, de tradición visigótica.