Esta ruta está concentrada en el centro histórico de Salamanca. La capital charra es universidad, es cultura, es arte. Miles de estudiantes desean cursar sus carreras en esta ciudad que aúna todo tipo de ambientes. Una visita guiada por sus calles, por sus monumentos y por sus lugares con encanto te llevará a una época en la que el ocio y la cultura jamás estarán reñidos.
Plaza Mayor
Suplemento de 1 idioma: 20 euros sobre precio total
Suplemento de 2 idiomas: 30 euros sobre precio total
Es una de las plazas más bellas de España y quizá del mundo entero. Fue construida entre los años 1729 y 1756. Es de estilo barroco y su diseño se debe al arquitecto Alberto Churriguera. Unamuno la definió como: “Un cuadrilátero irregular, pero asombrosamente armónica”. Ha sido considerada como la plaza más grande de la cristiandad, en la que se realizaban simultáneamente todas las funciones propias de una plaza: fiestas, mercado, procesiones, reuniones, mítines y toda clase de espectáculos. Es el ágora de la ciudad.
Es muy famosa por su fachada, decorada por cientos de conchas. Es un antiguo palacio urbano de estilo gótico y con elementos platerescos. Su construcción se inicia en 1493 y concluyó en 1517. En el interior destacan el patio con arcos mixtilíneos, la escalera y el artesonado. Es una de las visitas obligadas por su singularidad y es el típico edificio de piedra dorada de la zona. Actualmente ofrece uno de los servicios de biblioteca más importantes de la ciudad.
La Clerecía es el nombre que recibe el edificio del Antiguo Colegio del Espíritu Santo de la Compañía de Jesús, construido en Salamanca entre los siglos XVII y XVIII. El interior de la iglesia es de una sola nave con capillas entre contrafuertes siguiendo el esquema jesuítico de la romana iglesia Il Gesú, con cuatro tramos y nave transversal ancha. Este singular edificio lo mandó construir la reina Margarita de Austria. Es uno de los monumentos más altos de la ciudad, con un impresionante mirador por el que se divisa toda la urbe salmantina y su entorno asombroso. Subir a las torres de La Clerecía, decía Unamuno, es una experiencia única, es respirar, ver el mundo para anticiparnos de un modo placentero a nuestro devenir. Así lo experimentaremos.
Salamanca tiene dos catedrales: La Vieja o de Santa María, construida entre los siglos XII y XIV, y terminada gracias al impulso que dio a las obras el obispo Alfonso Barasaque y La Catedral Nueva de la Asunción de la Virgen, de los siglos XVI al XVIII, considerada como la segunda mayor catedral de España en dimensiones. Ambas son Monumentos Nacionales y Patrimonio de la Humanidad. La Vieja estuvo a punto de ser destruida, pero la necesidad de celebrar culto hasta la construcción de La Nueva, la mantuvo. La torre de la Catedral Nueva se construyó sobre la torre de las campanas de la Catedral Vieja
Si subes a sus torres medievales, podrás pasear por sus terrazas exteriores, ver las atalayas y las balaustradas que asoman en el interior del templo, entre górgolas, pináculos y campanas.
Si te atraen los misterios y las leyendas antiguas, debes entrar en La Cueva de Salamanca, un espacio donde el diablo impartía clases de brujería y en el que se respira magia y misterio. La Cueva de Salamanca es un enclave legendario de la ciudad de Salamanca, donde, según la tradición, vivía el diablo. Dicha cueva se corresponde con la que fue la cripta de la ahora inexistente iglesia de San Cebrián. Los amantes de las ciencias ocultas encontrarán aquí un lugar muy interesante durante su paseo por el casco histórico de Salamanca.
Es un palacete urbano enclavado sobre la antigua muralla de la ciudad, mandado construir por don Miguel de Lis, propietario de una fábrica de curtidos, en la última década del siglo XIX. Es uno de los pocos ejemplos de arquitectura industrial empleada para uso residencial. Es único por su espectacularidad. Es un palacete modernista de vidrieras de colores y uno de los tesoros de la ciudad, en el que encontrarás colecciones de muñecas de porcelana, figuras de bronce y marfil y vidrios de todas las clases. Actualmente es sede del Museo Art Nouveau y Art Déco.
El Puente Mayor del Tormes, más conocido como Puente Romano de Salamanca, cruza el río Tormes en su paso por la ciudad. Se ha denominado tradicionalmente como “la puente mayor a la puente principal”, que da su acceso a la parte meridional de la ciudad. De sus 26 arcos, solo los 15 primeros datan de la época romana y aunque su construcción no se conoce con precisión, parece ubicarse entre los mandatos de los emperadores Augusto y Vespasiano, por lo que lo convierte en un monumento arquitectónico bimilenario. Dándote un paseo por él, podrás entrar en el Huerto de Calixto y Melibea, un jardín de estilo musulmán.